Jugando con tu pasado

Para los que aún no sepáis de que estoy hablando al leer el título del post, creo que os debo una pequeña introducción:

G.I. Joe es un comando de las fuerzas especiales, creado para defender la libertad y salvar a la humanidad de la amenaza de una organización terrorista llamada Cobra, cuya única ambición es la de dominar al mundo.

…o al menos eso es lo que dicen en el opening de la serie.

Así comienza una de las franquicias con el merchandising más rentable de la historia. Con un discurso patriótico al estilo americano que apenas ha cambiado en sesenta años, “G.I. Joe” era una serie de dibujos animados basada en un grupo de soldados que se dedicaban a salvaguardar la paz en el mundo a cañonazo limpio. ¡Eh! puede que no fueran muy coherentes, pero sus muñecos eran geniales.

El término “G.I. Joe” surgió durante la segunda guerra mundial. Se trataba de un personaje de comic creado por David Berger para las revistas militares de la época. Éso explica su exagerado rol estereotipado y su defensa a ultranza de los valores patrióticos de los Estados Unidos. En cuanto a los muñecos, aunque en EEUU la primera serie de figuras G.I. Joe fue lanzada por Hasbro en 1964, la moda no llegó a España hasta mediada la década de los 80.

Y así, como toda generación tiene su muñeco de acción clásico, los G.I. Joe se convirtieron en los nuestros. Los G.I. Joe vinieron a cubrir el hueco que en los años 70 dejaron los Madelman.

G.I. Joe - Muñeco de los 80Los antiguos G.I. Joe eran muy parecidos a los Madelman: de mayor tamaño y con ropas de tela. Pero el verdadero éxito en España vino con las “action figures” lanzadas en 1982. Eran más pequeños y estaban fabricados completamente en plástico, con la ropa pintada, un tamaño menor a su predecesor y extremidades articuladas.

Para su lanzamiento, contaron con un orquestado aparato de marketing detrás, que incluía comics, una serie de televisión e incluso una película. Ésto, unido a la amplia serie de accesorios y vehículos que se lanzaron gracias al menor tamaño de los muñecos, catapultó espectacularmente las ventas de Hasbro.

Pero no hacía falta ser un seguidor de los productos televisivos para que te gustaran los G.I. Joe, ya que era el típico juguete “que tenía todo el mundo”. Yo de hecho creo que he visto la serie de televisión dos veces contadas, pero vamos, no hace falta mucha imaginación para saber como jugar con unos muñequitos de soldados.

Hoy en día, todo ese aire “patriota” que rezumaba la serie me resulta bastante exagerado, pero en aquel entonces nos tragábamos cualquier cosa. Además, las figuras eran geniales, y venían con armas y vehículos “reales”, lo que les daba mayor verosimilitud. Si a eso unimos el que hubiera dos bandos perfectamente diferenciados de buenos “muy buenos” (y muy patriotas) y malos “muy malos” (y terroristas, para más inri) pues ya tenemos el cóctel perfecto: un juguete de éxito que triunfaba en el patio del colegio.
Visto en Ion Litio