LA VIDA DEL TRABAJADOR

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lunes, marzo 12, 2007

EL GOLLEM

Bajo el reinado del emperador Rodolfo, en la segunda mitad del siglo 16, vivía en la Judería praguense el rabino Yehuda Löw ben Becalel, un varón muy erudito y con mucha experiencia. Conocía perfectamente el Talmud y la Cabala y poseía excelentes conocimientos de Matemáticas y Astronomía. Detentaba claves de muchos secretos de la naturaleza, ocultos para los demás, y sabía obrar magnas maravillas de manera que la gente quedaba asombrada ante su poder mágico
La fama del maravilloso rabino llegó hasta la corte del emperador Rodolfo II, que residía en el Castillo de Praga. Yehuda Löw fue invitado en varias oportunidades al Castillo para entretener al monarca con sus artes mágicas.
La más estupenda maravilla del rabino Löw fue la creación de su Golem. La palabra Golem figura ya en la Biblia, en el Viejo Testamento, donde significa "germen, embrión".
El poderoso rabino Löw creó a su servidor Golem de arcilla. Le infundió vida introduciéndole en la boca el shem, es decir una pequeña tira de pergamino con una inscripción mágica en hebreo que contenía el nombre de Yahveh, el Dios judío.
El Golem trabajaba por dos. Acarreaba agua, cortaba leña, barría el suelo en la casa del rabino y ejecutaba las demás labores agotadoras.
el gollem

El Golem no comía, no bebía y no necesitaba descanso. Sin embargo, siempre que llegaba el sabat, los viernes por la tarde, cuando debían cesar todos los trabajos, el rabino le retiraba el shem de la boca. El Golem quedaba de inmediato inmóvil, y en vez de un infatigable servidor se veía en un rincón de la casa del rabino un muñeco inerte. Terminado el sabat, día de obligado descanso para los judíos, la arcilla muerta recuperaba la vida después de que el rabino introdujera en la boca del Golem el mágico shem.
Una vez, preparándose para oficiar la ceremonia del sabat en la Sinagoga Viejonueva, el venerable rabino se olvidó del Golem y no le sacó el shem de la boca. Apenas el rabino hubo entrado en el santuario y entonado el primer salmo, llegaron corriendo personas de su casa y muchos vecinos.
Presas del pánico y de horror, contaron al rabino con voz entrecortada que el Golem estaba enfurecido y que destrozaba todo lo que estaba a su alcance. Nadie podía acercársele ya que el furioso Golem lo mataría.
El rabino vaciló un momento. Se iniciaba el sabat, el canto del salmo ya había comenzado. Toda labor, todo esfuerzo, por más insignificante que fuese, era a partir de entonces un pecado.
Pero, ¿era de verdad así en ese momento?, pensó el rabino. Él no había acabado de decir el salmo y por eso el sabat, de hecho, no había comenzado.
El rabino se levantó y con paso apresurado se dirigió a su casa. No había llegado todavía a su vivienda y ya escuchaba un tenebroso ruído y ensordecedores golpes. El rabino fue el primero en entrar, los demás se mantuvieron rezagados por temor...
Yehuda Löw contempló horrorizado los estragos causados por el Golem: platos rotos, mesas, sillas, arcas y bancos volcados, libros esparcidos por el suelo. Una vez devastado el interior de la casa, el Golem se ensañaba en el patio con los animales de la casa del rabino.
Las gallinas, el gallo, los pollos, el perro y el gato - todos los animales domésticos yacían muertos en el suelo. El golem estaba arrancando de la tierra un tilo de grueso tronco como si fuera una estaca de una cerca.
El rabino se fue directamente al Golem. Lo miró fijamente, teniendo los brazos tendidos. Cuando el sabio tocó al Golem con sus brazos, éste se estremeció. Miró atónito a los ojos del rabino como si la fuerza que de ellos emanaba lo hubiera inmovilizado. El rabino metió rápidamente la mano entre los dientes del Golem y sacó el mágico shem.
El golem se desplomó al suelo como si hubiera sido fulminado por un rayo. Yacía sin vida en el suelo, otra vez convertido en un muñeco de arcilla. Todos los presentes, exclamaron de júbilo, y ahora, ya sin temor, se acercaron al Golem tumbado en el suelo y empezaron a burlarse de él y a injuriarlo.
Sin embargo, el rabino, respirando hondamente y sin proferir una sola palabra, volvió a dirigirse a la sinagoga donde a la luz de las lámparas retomó el salmo y concluyó la ceremonia de inicio del sabat.
Pasó el sabat, pero el rabino no volvió a introducir el mágico shem en la boca del Golem.
Y de esta manera el Golem ya no recuperó la vida y como muñeco de arcilla fue depositado en el desván de la Sinagoga Viejonueva, donde acabó por transformarse en polvo.
En las centurias posteriores se mantuvo la creencia de que Yehuda Löw había prohibido estrictamente que nadie osase subir al desván de la sinagoga, con exepción de un rabino.
Según relató un anciano servidor de la sinagoga, un día uno de los rabinos praguenses se aventuró a hacerlo. Tras haberse sometido a un severo ritual de purificación y prolongado ayuno, subió con un atuendo de penitente al desván, mientras que abajo sus alumnos entonaban salmos. Regresó temblando como una hoja y sin demora renovó la prohibición del rabino Löw de subir al desván de la Sinagoga Viejonueva.
La tumba del rabino

4 Comments:

Blogger MrCondis said...

vaya, gracias por la aclaración, que curiosa la historia, no la conocia, hay que leerse la guias más a fondo que luego no nos enteramos de nada...la tumba del rabino y la sinagoga si que la vimos por eso...

3/12/2007 01:58:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero yo no he entendido muy bien porqué el golem empezó a destrozarlo todo... Y porque no se podía subir al desván si el golem ya no tenía vida? Explicación para tontos por favor :),:)
Un besote

3/12/2007 04:18:00 p. m.  
Blogger MrCondis said...

...supongo que estaria enfadado por trabajar en domingo

3/12/2007 09:15:00 p. m.  
Blogger Mikolynn said...

Claro, el gollem también era judio y el pobrecito no quería pecar (trabajar en sabado = pecado)...
Y no se, supongo que los pedacitos del gollem que están encima de la sinagoga, pues ... se te pegarán a los bajos del pantalón y, si eres judio, te harán tener pensamientos impuros del tipo, voy a comer cerdo, a beber vino (plebeio) o no se, tal vez te den ganas de trabajar en sabado?

3/13/2007 10:55:00 a. m.  

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