Lo chungos que pueden llegar a ser los recuerdos

Me ha dejado pasmado la versión del tio que el otro día se estrelló en la plaza Catalunya contra un montón de gente que estava esperando el autobús.
El tío, dice que le dierón hace un par de años una paliza ahí mismo y que se desmaió al recordarlo...
Yo pasé por ahí cinco minutos después y los urbanos y los mossos, estavan que no se creían que se hubiera metido una hostia así ni de que no hubiera muerto nadie...
Pero bueno, leed, leed el reportaje (cortaypega) de un periodico, a mi, me parece, tal y como lo cuenta, que puede ser verdad su versión...

(Ah, y por cierto, fijaros que oooooootra vez sale Sta Coloma en los medios... POR UNA COSA CHUNGA!!!!!)

Fue el traumático recuerdo de una paliza sucedida en el mismo lugar hace dos años el origen del atropello múltiple ocurrido el pasado sábado por la tarde en la barcelonesa plaza Catalunya. Al menos, así lo explica en un rudimentario castellano quien entonces iba al volante.



"Yo pensé que ya lo había superado -dice apesadumbrado-, pero volví a desmayarme, otra vez..., nunca más me acercaré a la plaza Catalunya, lo juro, ni siquiera me acercaré andando. Es demasiado duro para mí. Me acuerdo de todo el dolor. Se me nubla vista, se me baja la tensión y pierdo la cabeza ¡es como si un demonio golpeara mi cabeza!".



De los siete heridos, de las siete personas que caminaban tranquilamente por la acera en el peor momento, dos mujeres, una de 80 años y otra de 35, aún permanecen ingresadas en estado grave, pero estables, en el hospital Clínic de Barcelona. El resto de las personas accidentadas ya recibió el alta en el transcurso del fin de semana.



"Yo venía bien, de verdad; yo soy un excelente conductor ¡me dedico a probar coches, soy un profesional de los coches!". Ayer, T., el ciudadano de origen de marroquí de 32 años, accedió a contar a La Vanguardia su versión de lo ocurrido el pasado fin de semana en una larga conversación. "Yo no había bebido alcohol, yo no había tomado drogas, yo no iba deprisa... por la ronda Sant Pere. Y fue llegar a la plaza Catalunya y acordarme de todo, de la paliza que me dieron hace tiempo que casi me mata, hace dos años... y recuerdo tratar de coger el freno de mano el sábado antes de desmayarme, sintiendo que se me iba la cabeza... y lo siguiente que recuerdo es estar con la frente sobre el volante, con la luna del coche destrozada, con el vehículo rodeado de gente mirándome y gritando, mucha gente a mi alrededor. Yo nunca he hecho nada malo. No soy un delincuente. Y la verdad es que pasé por allí porque me equivoqué de camino".



Pasadas las ocho y media de la tarde, tal y como explicó en su momento la Guardia Urbana, T. circulaba por la ronda Sant Pere en dirección a ronda Universitat a una velocidad adecuada, a unos 30 kilómetros por hora. Pero nada más quedó atrás el cruce con el paseo de Gràcia y el paso cebra, el de Alhucemas perdió el control de su Volkswagen Golf de color rojo y al invadir la acera embistió a siete personas contra la fachada de un banco. Todo sucedió frente al número 11. Un testigo que le vio venir, que le vio pasar a un metro de distancia, dijo que parecía "empanado, con los ojos en blanco, como loco".



Tras el impacto, el automóvil siguió circulando por la acera unos quince metros más hasta detenerse junto a una marquesina de autobuses. Las pruebas de alcoholemia y drogas dieron negativo. Nadie se explica lo ocurrido. Si el conductor hubiera ido más rápido alguien habría muerto, explicaron fuentes cercanas a la investigación del caso.



La policía municipal le dejó marchar porque T. tiene domicilio conocido en Badalona y toda la documentación en regla, y ningún antecedente policial. "Yo trabajo en un taller mecánico en Badalona, chapa y pintura. Soy el encargado de que todo el trabajo salga bien, tan bueno soy que el jefe me legalizó hace un año. Soy su capataz. Y ahora tengo permiso para estar dos años más en España. Y además soy un excelente conductor. Tengo el carnet de conducir desde hace catorce años, y no tengo ni una multa, ni en Marruecos ni en España. Soy un profesional de los coches, me dedico a probarlos. Yo he ido en coche a Francia, Alicante, Marruecos ¡grandes viajes siempre sin problemas!

-Hace dos años, cuando yo no tenía papeles ni nada, unos que decían que eran policías me dieron una paliza en la plaza Catalunya.
Sangré mucho, lloré mucho, creía morir ¡le pedí ayuda a Dios para morir!". T. explica que después de aquello una noche estaba frente a El Corte Inglés, esperando el autobús nocturno que conduce a Santa Coloma de Gramenet, "el número 9, fumando un cigarro", cuando, de repente, "un gran pam se abalanzó sobre mi cabeza como un demonio... y luego me despertaron unos agentes de la Guardia Urbana, yo tenía la oreja contra el suelo y la boca llena de espuma blanca ¡alguien me metió algo en la boca porque me estaba mordiendo la lengua! Y otra vez una paisana me pidió que la llevara en mi coche hasta la plaza Catalunya para coger el tren porque estaba lloviendo, y cuando me di cuenta me había estrellado contra una farola. No le hice daño a nadie. Pero yo creía que todo esto lo había superado, porque este último ataque me vino hace más de un año, pensaba que no volvería a sucederme. No volveré a ir a la plaza Catalunya ni andando".



T., que es de origen bereber, de Alhucemas, de la región del Rif, agrega que después de pasar por aquellos episodios traumáticos acudió al médico. "Pero me dijo que no tenía ninguna enfermedad, que me encontraba bien - prosigue con la voz entrecortada al otro lado de la línea telefónica- . Lo que tengo es sufrimiento; dolor en el corazón. Porque sufrí mucho. No tenía papeles y pasaba hambre. Y me dieron una gran paliza en la plaza Catalunya. Me dejaron tirado en el suelo llorando con mi sangre, cuando no tenía papeles, hace cinco años. Pero nunca robé ni vendí droga. No tengo antecedentes. La culpa de todo, la culpa del accidente, la tienen los que me dieron esa paliza que me dejaron lleno de dolor".



"Y el sargento de la Guardia Urbana me ha dicho que no me preocupe porque no he hecho nada malo, no he cometido ningún delito - continua T. sin necesidad de que se le formule ninguna pregunta-. Hay mucha gente muy buena en la Guardia Urbana de Barcelona. Me llevaron a la comisaría solamente para poder hacerme las pruebas con tranquilidad. Lo que no me gustó es que después del accidente, cuando tenía la cabeza contra el volante, alguien me sacó con fuerza del coche y me tiró al suelo. Me empujó la cabeza y me puso esposas y yo gritaba ´me estoy muriendo, mes estoy muriendo´... pero después el sargento de la Guardia Urbana me explicó que todo eso era necesario para evitar que alguien intentara hacerme daño. Yo le dije que todavía me duelen las muñecas por culpa de fuerza con que me fueron cerradas las esposas".



Este ciudadano originario del norte de Marruecos insiste en que está preocupación por el estado de los heridos. "Yo no quiero que le pase ningún mal a nadie", dice T. Pero también se muestra preocupado por su futuro. Teme que puedan expulsarle del país a raíz de este accidente.


"Yo no tengo prácticamente a nadie aquí. Vine solo y estoy solo. No tengo ninguna familia, solamente a mi madre, que está en Melilla. Y trabajo muy duro para poder cuidarla. Me gustaría poder traerla alguna vez a Barcelona. Porque nosotros somos del Alhucemas, que es como decir que somos los catalanes de Marruecos. Mi padre me daba una bofetada si me oía hablar en árabe en mi casa, me decía que nosotros somos bereberes y que el árabe lo hablara en la calle. Yo soy como los andaluces que vinieron a buscar trabajo a Barcelona. Trabajo mucho, plancha y pintura, y no quiero perder lo que he conseguido. La próxima vez cojo otro camino".