Vuelve la aventura, vuelve Indiana Jones

Reconozco que acogí con recelo la noticia del rodaje de la nueva entrega de la saga del intrépido aventurero. Indiana Jones fue una trilogía mítica que nos erizaba el vello de niños frente a las entonces inmensas pantallas de cine. Quien no soñaba con escaparse, a la salida del cine, a vivir aventuras emulando al sr Ford, por las selvas y ruinas del mundo.

Mi miedo venía de la poca gracia que tuvieron las últimas tres películas de Star Wars. Frías, vacías, asépticas... nada que ver con las antiguas aunque con una carga de efectos especiales dignos de mencionarse, pero nada que hoy en día pueda sorprendernos. En la actualidad la tecnología es espectacular, pero el derroche visual no nos hace emocionarnos como ante aquellas maquetas y aquellos ridículos peluches de la polvorienta cantina de Mos Eisley. Esas tres películas me dejaron una sensación amarga, como si hubieran mancillado mis queridos recuerdos de la infancia.


De todos modos no podía perderme Indiana Jones 4 por nada del mundo así que fui a verla en cuanto me fue posible y debo decir que salí de la sala de proyecciones bastante feliz. Se ha hecho un esfuerzo por dotar a la película de un aroma añejo. Se han usado filtros de imagen que le dan al filme un aspecto antiguo. Los efectos especiales parecen bastante tradicionales para lo que se estila hoy. Y ahí están de nuevo esas persecuciones motorizadas, espectaculares como siempre, a lomos de vehículos militares y viejas motocicletas. Puñetazos, disparos, explosiones, besos, traiciones, esoterismo, mucho humor y muchos guiños al pasado de esta gran saga. Tampoco se engaña con la edad de Indy al espectador, nos presentan a un dr Jones envejecido y melancólico al que le falta tiempo para bregarse de nuevo en mil batallas.

En conclusión, ha vuelto el Indiana Jones divertido y sencillo. Ha vuelto La Película de Aventuras que marcó el camino que siguieron decenas de producciones posteriores. Y aunque ya no es tan fácil impresionarme cuando era un crío, creo que sería un error que te la perdieras.